RASTREADORA

Soy Laura Pascual,y esta semana he sido la rastreadora. He estado buscando noticias de interes con relacion a nuestro colectivo, pero en algunas he visto ciertos matices que no me han gustado, y no las voy a meter aqui, asique aqui pongo una que me ha parecido de gran interes, y aunque trata sobre la situacion que viven en Andalucia, se aplica al resto de los lugares.
La informacion siguiente la he sacado de esta pagina:
http://www.universia.es/html_estatico/portada/actualidad/noticia_actualidad/param/noticia/babgeb.html

"Los menores en riesgo de exclusión social ya no son sólo de familias pobres", asegura el Defensor del Pueblo Andaluz
Universidad de Almería

El Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, ofreció ayer la conferencia inaugural del curso de verano de la UAL "Cambios de valores sociales y su incidencia en los menores", con sede en Purchena. En su intervención "Menores y sociedad" ha destacado que los menores en riesgo de exclusión social "ya no están sólo en familias pobres. Hay niños que viven en el seno de una familia sin problemas económicos y sin embargo, también están en riesgo de exclusión social".


José Chamizo ha definido los principales rasgos del panorama social que hay en la actualidad. “Hay casos de menores maltratadores que se sentían solos en un contexto normalizado”. En este punto ha hecho referencia a que el ritmo de vida actual hace que los niños pasen mucho tiempo solos. “Los adultos no hemos sido en estos últimos años un ejemplo a imitar, no hemos estado centrados, lo que ha dado lugar a que las cifras sean preocupantes”.

Chamizo ha afirmado que en Andalucía hay multitud de menores en desamparo. “Con medidas de protección hay entorno a 6.000 menores, distribuidos entre 4.000 familias de acogida, y 2.000 en acogimiento residencial”.

Decretar el desamparo de un menor, que consiste en apartarlo de sus padres porque se considera que no están preparados para atenderlo, “a veces hay que hacerlo, pero no sé si está abusando mucho de esta aplicación”. En este sentido, ha apuntado que “hay que estudiar más las familias donde son acogidas, ya que se suele hacer con familias demasiado extensas y a veces cuando se va a buscar al niño no se sabe quien lo tiene”.

Para Chamizo el trastorno de conducta o del comportamiento debería llevarlo salud, y “no derivarlo todo a centros sociales porque es un disparate. Se está abusando en exceso y habrá que ir viendo otras alternativas. A veces hay que reconocer que hay niños con problemas psiquiátricos”. Sin embargo, también ha apuntado que cada vez más se trabaja para que haya coordinación en la atención a menores entre salud, servicios sociales y educación.

El menor extranjero

En referencia a la atención para menores extranjeros, ha explicado que siempre se habla de los no acompañados, pero el gran número de inmigrantes acompañados en Andalucía son 100.000. “Su suerte está muy unida a la suerte de los padres, a que tengan o no documentación”.

Chamizo ha puesto sobre la mesa que en general, y de forma especial en la provincia de Almería se da que “las escuelas no son multiculturales, los inmigrantes están todos en un mismo centro, cuando no puede haber colegios guetos”.

Para evitar el desarraigo de estos menores procedentes de otros países ha apelado a la necesidad de que los padres y madres “no deben dejar que pierdan la cultura de origen, ya que muchas veces de su país no saben ni el idioma”. Ha destacado que el único colectivo que si se preocupa de que sus hijos no olviden sus raíces son las madres senegalesas.

Ha desvelado que en Andalucía hay 900 menores acogidos no acompañados. Al hilo de esto ha anunciado que están pendientes de que entre en vigor “un convenio entre Marruecos y España para la repatriación de menores, ya que hasta ahora no se ha ejecutado”. “Estamos pendientes de qué se va a hacer con los no acompañados, porque no pueden volver a ninguna parte”. La escasez de centros de acogida es una de las demandas históricas que hoy ha vuelto a evidenciar. “En Huelva por ejemplo, los menores no tienen centros”.

Problemas sociales

Su experiencia le ha demostrado que el ritmo de la sociedad en la que vivimos es una de las principales causantes de los problemas actuales. “La ciudad se ha convertido en un espacio para el desencuentro. El urbanismo y la propia ciudad se ha construido en contra el ser humano y a beneficio de los grandes grupos especuladores”. Incluso ha ido más lejos y ha criticado que “las ciudades se han construido en contra de los niños y niñas”, por el hecho de que casi han desaparecido los pequeños que jugaban al aire libre en los parques y plazas de sus barrios.